Hoy me van a permitir ponerme algo personal y nostálgico. No se me acostumbren, que para culebrones ya tienen los de la tele.
Como pueden ver en la barra de la derecha, me he hecho una cuenta en twitter. ¿Por qué? Bueno, reconozco que la chapa que me han dado Irreductible y Mapoto han contribuido, pero no ha sido la única razón para entrar en algo de lo que antes renegaba.
Creo que nuestra capacidad de adaptación a las nuevas tecnologías disminuye progresivamente con la edad. Y nos oponemos a las nuevas formas de relación humana cada vez con mayor rotundidad, sin pensar mucho en si dicha oposición se debe al esfuerzo que nos supondría adaptarnos, o a que, más bien, dicha forma no encaja en el concepto que nos hemos construido del mundo, en cuyo caso pasamos rápidamente a demonizar la nueva herramienta. Ya sea “El móvil es para yupies”, “el Messenger está lleno de pedófilos”, “Facebook te roba los datos”, o “Twitter es para exhibicionistas de vulgaridad cotidiana”.
Tuve mi primer ordenador, un ZX Spectrum 48K, cuando apenas sabía leer. No había aparato cuyo funcionamiento se me resistiera —algunos cayeron a mi paso, cual Atila el Huno, todo hay que decirlo—; ya fuera programar el video para grabar una película o hacer virguerías con la videoconsola o el ordenador. Era como si hubiesen hecho aquellos aparatos pensando en mí. VHS, CPC, ZX, PCW, SCSI, 3″1/2, 5″1/4, IRC… no eran galimatías escritos por un mono dando teclas al azar.
Años más tarde algo cambió, sólo que al principio no lo noté. Mi padre, que me había guiado por los senderos de la informática, comenzó a pedirme consejo y “soporte técnico” a mí. “El alumno ha superado al maestro”, llegué a pensar con suficiencia, iluso de mí, sin darme cuenta de que la realidad era otra muy diferente.
A día de hoy, apenas instalo programas nuevos, acostumbrado como estoy a mi modo de trabajar con el ordenador; miedo me da actualizar el sistema y dejarlo patas arriba; y me pierdo entre siglas que no sé si aluden a nuevos protocolos o a aspiradoras robot. Sí, comienzo a recorrer el inevitable camino que han recorrido tantos otros antes que yo. Dentro de poco seré yo el que pida ayuda con un videojuego a mi sobrino, y no al revés. Y es que la capacidad de adaptación es igual que la imaginación: un músculo que se atrofia si no se usa y ejercita continuamente.
No quiero quedarme obsoleto, murmurando durante los años venideros mi incomprensión del mundo en el que vivo. Por no hablar de la anquilosada ciencia-ficción que aspiraré a escribir como no ejercite el músculo de la adaptación. Sólo espero que mi declive, aunque inevitable, sea lo mas lento posible. Así que ya saben, si quieren verme por allí, tengo el improbable nombre de @migusant.
A no ser, claro, que haya decidido que eso del twitter no va comigo y me haya borrado, que también es posible.
Jeje, me vas a hacer mi propia historia de ascensión tecnológica —por lo menos, aún no declive, creo ;-)—. Al menos, aquí tienes algo de ella 😉
http://www.entremaqueros.com/bitacoras/memoria/?p=283
El día que tú entres en declive, Juande, estaremos todos condenados 😉
Y ya en semi oftópico, volvamos con la nostalgia: qué tiempos los del sistema 6 y la papelera que engordaba… A mí lo que más me impresionaba de aquel entonces (tuve la suerte de que mi padre se comprara un SE 30) eran los juegos, por la diferencia abismal de hardware que había con los PCs de la época. La de meses que le eché al Dark Castle…
Lo importante es no coger inercia, si te vas dejando… Yo siempre he sido muy dado a huir de la tecnología, pero de vez en cuando me obligo (aun así, por ponerte un ejemplo, descubrí las ventajas de Skype hace tres semanas. Pues nada: following.
Pues sí, me obligaré a ir frenándome con un pie… 😉
La verdad es que el skype y similares son un inventazo. La videoconferencia es una de las pocas cosas que iban a estar en el lejano futuro del año 2000 hace veinte o treinta años, que realmente han acabado estando.
Una pena lo de los coches voladores…
En realidad imagino que escribo esto al aire, ya que veo que no publica ningún comentario a sus aportes en el blog que dirige, pero como soy una persona que nunca se rinde fácilmente a nada y menos a la censura sin motivo, pues me atrevo a mandarte esta nota, que imagino que posiblemente ni seguirá leyendo desde este punto mismo.
Solo es para decirle, que se, que me extiendo quizás mucho haciendo comentarios, y es que siempre pensé que para poner algo debajo de un buen trabajo de un blog, hay que por lo menos si no aportar nada nuevo, si matizar lo que uno quiere decir. Es que también soy de los que piensa que para poner debajo de un trabajo cosas como: Que grande eres o fenomenal cuanto me ha gustado el artículo, (como ejemplos), para eso están las redes sociales, Hotmail o sistemas parecidos.
En fin, yo seguiré mandando lo que crea oportuno comentar, se publique o no, me da igual no soy un ególatra y me entretengo haciéndolo y guardando copia, para posibles trabajos.
Creo que cuando algo que manda alguien no gusta, simplemente se le manda un email, diciéndolo y punto. En mi caso es más sencillo no me importa que mutile partes políticas o religiosas de los comentarios, a pesar de vivir en el siglo XXI, siempre y cuando guarde el resultado, la esencia de lo que se quiere comentar.
Un abrazo
Como habrá podido comprobar, ion, no modero los comentarios (lo que no quiere decir que no lo haré en el futuro, de considerarlo oportuno). Se publican automáticamente, y leo todos y cada uno de ellos, y contesto los que creo que requieren una contestación en cuanto tengo tiempo. Me parece estupendo que no se rinda usted a la censura sin motivo; yo tampoco lo hago. Pero por favor, absténgase de enarbolar su consigna sin motivo (precisamente).
Como usted, valoro mucho los comentarios que matizan o tratan detalles específicos de lo que pongo en el blog. Lo cual no puedo aplicar su comentario, ya que lo único que hace éste es redundar en un victimismo que no tiene cabida aquí.
Le ruego que reflexione sobre ello. De desear seguir comentando, siguiendo unas normas básicas de educación y respeto, será bienvenido. De lo contrario, tendrá usted el honor de ser la primera persona censurada en este blog.
Pingback: Enlaces yuriesféricos del 30/09/2011 | La Yuriesfera