La conspiración lunar, al descubierto (II)*

Luna y montajes peliculeros, si ya lo adelantaba Méliès, ya...

Mes y medio después de comenzar a desvelar la mayor conspiración de la Historia y, por increíble que parezca, sigo vivo. No he estado a punto de sufrir extraños accidentes, ni ningún hombre de negro ha llamado a mi puerta (exceptuando algún que otro mormón, pero esos lo mezclan con el blanco). El escéptico podría pensar que eso se debe a que tal conspiración es un desvarío salido de una mente perturbada, pero nada más lejos de la realidad. Es obvio que si mi integridad física aún no ha peligrado, es sólo porque apenas hemos rascado la superficie de una Verdad (ya saben, con mayúscula) mucho más horripilante e increíble de lo que creíamos.

Aún queda mucho por desvelar, cosa que me propongo hacer a continuación.

En el capítulo anterior…

En la primera parte de La Conspiración Lunar, al descubierto, partimos de la hipótesis de que la llegada del Hombre a la Luna fue un montaje. Armados de la lógica y de los principales argumentos de la teoría de la conspiración, descubrimos, entre otras cosas, cómo todo el programa espacial de entonces y posterior es mentira y forma parte del montaje, y fuimos desgranando, uno a uno, los miembros de esta conspiración, tanto individuos como instituciones e incluso gobiernos. Esta es la lista, por ahora:

Lista de conspiradores lunares

  1. NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio)
  2. URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas)
  3. Equipos (y directivos) de Radiotelescopios de Australia, Japón, España, Inglaterra, Alemania, y Japón
  4. Casas Hasselblad y Carl Zeiss
  5. República Democrática Alemana
  6. ESA (Agencia Espacial Europea)
  7. Astrofísicos dedicados al Sistema Solar

Naturalmente, ante la magnitud y la aparente falta de motivos de la conspiración, decidimos seguir adelante e indagar más a fondo. A continuación, los resultados:

Ídolos del ayer, villanos del mañana

 

Carl Sagan, y la sonrisa que le produce pensar en cómo nos iba a engañar a todos.

Qué duda cabe de que el astrofísico y divulgador Carl Sagan, el novelista de ciencia-ficción Arthur C. Clarke, o el director de cine Stanley Kubrick alcanzaron la cumbre en sus respectivos campos y la humanidad puede estar orgullosa de su legado. ¿O no?

Personalmente, «Cosmos» de Carl Sagan ha sido en gran parte responsable de mi vocación astrofísica, mientras que Clarke lo ha sido de mi afición por la ciencia-ficción. Y Kubrick, el director de la que seguramente es mi película de ciencia-ficción favorita, 2001: Una odisea en el espacio. Tanto, que podría llegar a considerarlos ídolos.

Hasta ahora.

Aviso a cualquier lector fanático de cualquiera de estos tres «grandes hombres» que la siguiente información puede herir su sensibilidad, y hacerles perder el norte y los esquemas al descubrir la horrible verdad, tal y como me ocurrió a mí:

Arthur C. Clarke, escritor, visionario y... conspirador.

El primer contacto de Sagan, Clarke y Kubrick data de tan pronto como 1966, cuando Carl Sagan entró a formar parte del equipo de la mencionada película como asesor científico del afamado director. El argumento de la misma estaba inspirado en el relato corto «El centinela«, de Clarke, quien colaboró estrechamente con Kubrick en la elaboración del guión de la película, mientras escribía la novela homónima. Película y novela se estrenaron en 1968.

En Julio del 1969, tan sólo un año después, Sagan participaba activamente en la NASA como consejero, dando instrucciones, entre otras cosas, a los astronautas antes de cada vuelo a la Luna; Clarke comentaba en directo los alunizajes de las misiones Apollo XI, XII y XV, mientras Kubrick permanecía  en la sombra.

¿Casualidad? ¡No!

 

Stanley Kubrick, un genio escrupuloso... o quizás no tanto.

Eso es lo que nos contaron. Pero ahora sabemos que dicha llegada fue un montaje. Veamos cómo encajan las piezas del rompecabezas.

Carl Sagan llevaba trabajando para la NASA desde los años 50. Obviamente estaba al corriente del plan para engañar a la humanidad con el viaje a la Luna, desde los mismos comienzos de dicho proyecto. De hecho, me atrevería a afirmar que Carl Sagan es la gran mente en la sombra tras toda la conspiración.

Cuando en 1966 accedió a asesorar «2001: Una odisea del espacio», de hecho, no lo hizo por amor al arte. ¿Kubrick rodando una película de ciencia-ficción? Por aquel entonces Kubrick era un director muy respetado, con varios éxitos de crítica y público a sus espaldas, como «Lolita«, «Espartaco» o «¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú«. A una mente brillante preparada para el mal como la de Carl Sagan no le pasó desapercibida la oportunidad que se acababa de presentar. El perfecto y riguroso tándem que formaban cineasta y escritor para la ciencia-ficción más verosímil sería justo lo que necesitaba.

Sagan no tardó en convencer al director y al novelista de que colaboraran en el montaje. Conocedor de la tendencia a la vanidad de los artistas, Sagan tentó a Clarke con la retransmisión en directo de los alunizajes, que a ojos del mundo serían el evento más importante de la historia. En cuanto al director, que carecía de mayor interés por la astronáutica, bastó con la promesa, cumplida en 1971, de que Warner Bros. le daría el control total sobre todas sus películas a partir de la siguiente, «La Naranja Mecánica«. A todos los niveles, técnico, artístico e incluso de distribución.

Ambos, corrompidos por promesas de vanidad y poder, aceptaron.

Lista de conspiradores lunares

  1. NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio)
  2. URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas)
  3. Equipos (y directivos) de Radiotelescopios de Australia, Japón, España, Inglaterra, Alemania, y Japón
  4. Casas Hasselblad y Carl Zeiss
  5. República Democrática Alemana
  6. ESA (Agencia Espacial Europea)
  7. Astrofísicos dedicados al Sistema Solar
  8. Carl Sagan
  9. Arthur C. Clarke
  10. Stanley Kubrick

 

Un rodaje un tanto atípico

 

Esta sería la prueba definitiva, si fuera de verdad... ¡Lástima!

Merece la pena detenerse un momento en el rodaje, no tanto por seguir engrosando la lista de conspiradores como por revelar la horrible verdad sobre el talento de Kubrick.

La lógica que hemos venido usando no es la única prueba de que Kubrick estuvo al frente del rodaje del falso alunizaje en un estudio. Ni mucho menos. Tal cosa se asevera en el documental «Operación Luna» (por mucho que sus propios realizadores se empeñen en sostener que era un documental falso, una sátira).

¿Quién mejor que uno de los directores más perfeccionistas, metódicos y escrupulosos para dicho trabajo? ¿Quién mejor que alguien con quienes los actores odiaban rodar, debido a su insistencia en que repitieran las mismas tomas una y otra vez hasta la saciedad? Con Kubrick, se dijeron, nada podía ir mal.

Qué equivocados estaban.

El rodaje estuvo plagado de fallos desde el principio. En lugar de contratar a una sola compañía aeronáutica para construir las maquetas, y disponer de un mayor control sobre la conspiración, Kubrick, empecinado en su perfeccionismo, mandó distribuir parte de los 19.408 millones de dólares que formaban el presupuesto del programa Apollo entre varias empresas, a saber, Boeing, Rocketdyne, Grumman, North Aviation, Lockheed y Douglas, entre otras. Estas diseñaron y construyeron las maquetas de cohetes, vehículos lunares, módulos de alunizaje, rampas de lanzamiento e incluso los trajes espaciales que se pueden ver en todas las películas que nos han intentado colar como verdaderas, y sobre las que los soviéticos, recordemos, no protestaron en su momento (debido a que también formaban parte de la conspiración).

Lista de conspiradores lunares

  1. NASA (Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio)
  2. URSS (Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas)
  3. Equipos (y directivos) de Radiotelescopios de Australia, Japón, España, Inglaterra, Alemania, y Japón
  4. Casas Hasselblad y Carl Zeiss
  5. República Democrática Alemana
  6. ESA (Agencia Espacial Europea)
  7. Astrofísicos dedicados al Sistema Solar
  8. Carl Sagan
  9. Arthur C. Clarke
  10. Stanley Kubrick
  11. Empresas aeronáuticas: Boeing, Rocketdyne, Grumman, North Aviation, Lockheed y Douglas, entre otras

Pero involucrar innecesariamente a tantas empresas que se habrían podido ir de la lengua en algún momento de las siguientes cuatro décadas (aunque, sorprendentemente, nunca lo hicieran), no fue el único error que Kubrick cometió.

¡Cierra la puerta, que hay corriente!

El día más importante de todos, en el que rodaban el despliegue de la bandera de los Estados Unidos de América sobre la Luna, algún miembro del equipo de rodaje se dejó la puerta del estudio abierta, se hizo una corriente de aire, Kubrick no se dio cuenta… y ¡zas! ahí tenemos la bandera ondeando, cuando se supone que en la Luna no hay ninguna atmósfera que pudiera justificar la presencia de ese viento.

Los escépticos dirán que la bandera era de un tejido parecido al de las cortinas de ducha, y se desplegaba, cayendo desde una varilla horizontal que se fijaba al extremo del mástil, pues de otra manera la bandera habría colgado flácida y no habría quedado muy majestuosa en la foto.

Tonterías. En cualquier caso, dicho descuido no parece en absoluto propio de un genio extremadamente perfeccionista como Kubrick. Y no lo es, desde luego. Precisamente por eso, el mismo Kubrick, seguramente atormentado y perseguido por estos errores, años más tarde, en el rodaje de Barry Lindon, repetía tomas sin cesar hasta la perfección absoluta, mandando para ello cortar cientos de velas, una a una hasta que todas tuvieran la longitud adecuada que se ve minuto a minuto en la película.

Y ahí habría acabado todo, seguramente, con la conspiración oculta en la sombra, si esos hubieran sido sus mayores errores. Pero no.

En la anterior entrega habíamos demostrado la falsedad de todos los programas espaciales de todas las instituciones de todo el mundo, basándonos en que, obviamente, deberían verse miles (sino cientos de miles) de estrellas en las fotos del cielo, ya sea desde la Luna o frente a los diversos planetas y satélites del Sistema Solar.

Escena de la visita al monolito lunar en "2001: Una odisea en el espacio". Sorpresa: ¡Dios mío, esto tampoco está lleno de estrellas! (clic en la imagen para verla en tamaño completo)

Sin embargo, y este constituye su mayor error, la película del alunizaje del Apollo XI y las subsiguientes fotografías no muestran estrella alguna. Y no era la primera vez. ¿Recuerdan la escena del monolito en la Luna de «2001: Una odisea en el espacio», donde varios astronautas, de pie sobre la superficie lunar, examinan el extraño monolito, con la Tierra colgando al fondo sobre el horizonte (en un claro ensayo de lo que tendrían que rodar para la conspiración)? Pues bien, en esa escena y como pueden ver en el fotograma adjunto, tampoco hay rastro de estrella alguna, o prácticamente. Bueno, si tienen el DVD a mano (de mucha mayor calidad que esta imagen jpg) y se ponen la escena, verán que en rigor se ven dos o tres estrellas, todas extremadamente tenues, o sea, nada comparado con los miles o cientos de miles de estrellas que, según cualquier teórico de la conspiración, deberían verse.

La única explicación (¡qué duda cabe, a estas alturas!) es que Kubrick, seguramente, desconocía dicha teoría, mientras que a Clarke y a Sagan, más duchos en física, les pasó completamente desapercibido tal error.

En resumen, y por mucho que nos duela tener que admitirlo, no sólo hemos visto que los tres hombres formaron el núcleo de la mayor conspiración de todos los tiempos, sino que hemos demostrado, además, que los tres eran unos chapuceros.

 

Pero no nos detendremos aquí. Ahora que por fin hemos delineado el cómo se hizo, todavía tenemos que describir y explicar el por qué se hizo, y también el cómo se mantuvo. Así, en próximas entregas nos ocuparemos de «La Guerra más Fría» y «Un aliado indispensable».

 

*(Aviso para incautos con dificultades para leer entre líneas: por si ni siquiera tras esta segunda entrega no ha quedado lo suficientemente claro, la presente entrada es una sátira que pretende mostrar el absurdo al que se puede llegar de no usar el pensamiento crítico. ADVERTENCIA: queda prohibida la reproducción parcial o la mera cita de esta entrada omitiendo el carácter satírico de la misma; de hacerlo no dudaré en tomar medidas legales contra los responsables.)

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Acerca de Miguel Santander

Tras el Horizonte de Sucesos
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12 respuestas a La conspiración lunar, al descubierto (II)*

  1. "El bicho" dijo:

    Nooooooo. Pero como es posible? Sagan, Kubrick, Clarke…….mis ojos, oh dios. Y si solo fuera que son unos conspiradores, es que encima no lo hicieron bien, y eso si que no tiene perdón……

  2. Rayco dijo:

    Dios mío… a mí el tema histórico me importa poco, ya sabía yo que era una conspiración… pero no sé si podré soportar la perspectiva de saber que Carl Sagan (y su bonachona sonrisa) y Stanley Kubrick (y su simpática barba) escondían una oscura verdad bajo sus apariencias… son dos personajes fundamentales en mi vida: con Carl Sagan descubrí que se puede viajar a millones de años luz en poco tiempo (nadie negará que la serie «Cosmos» era también una conspiración, por dios!) y con Stanley Kubrick que los esclavos romanos vivían mejor de lo que se pensaba (de hecho llevaban Rolex por relojes)… no sé si esta serie sobre la conspiración de la luna me vendrá bien con mi estado mental y moral actual… dios mío!

  3. astroyorch dijo:

    siempre he pensado que Kubrick era un estafador… en Eyes Wide Shout pretendió hacernos creer que Tom Cruise era más alto, para que estuviera a la altura de su señora esposa… pero los dioses lo castigaron (aunque de lo del otro engaño parece que ni los dioses se dieron cuenta. Mmmmmm, bueno, ahora que lo pienso… igual los dioses no son necesarios, como dice el amigo «RoboHawking»)
    En fin, malditos conspiradores… tengo que enviar esta noticia con total urgencia al gran gurú «Rafa» para que me ilumine con su sabiduría y destierre de mi esta angustia que me desgarra…

    • No te preocupes, que nuestro gran gurú te iluminará con su sabiduría, previo pago de un grado de doctus o magister (expertus a secas no) en su exouniversidad. La de iluminación que vas a conseguir por 12000 € (¡como mínimo!)

  4. grasas dijo:

    Ojito con decirle a Buzz Aldrin que nunca fue a la luna:

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