Como saben, en este blog no nos dejamos amedrentar a la hora de destapar las conspiraciones allá donde ocurran y ya hemos puesto nuestra integridad física en riesgo en más de una ocasión —aunque luego, milagrosamente, nada nos haya sucedido. Hoy nos atrevemos a revelar algo que muchos arqueólogos, ingenieros, científicos y ferroviarios saben con plena certeza pero que nadie se atreve a decir en voz alta: el intercambiador de Chamartín, en Madrid, fue construido por extraterrestres.

Piénsenlo bien: el intercambiador de Chamartín comunica la estación de metro de Chamartín con la estación de tren homónima. Una gigantesca galería subterránea de cuatro niveles que fue vaciada, como por arte de magia y de la noche a la mañana, bajo una estación de tren, sin interrumpir en ningún momento la actividad ferroviaria. ¿Ustedes saben lo que pesa un tren? Miren, miren las imágenes que ilustran esta entrad y que servidor ha tomado a escondidas con el consiguiente riesgo personal, miren ese techo plano, sin las vigas y soportes característicos de las construcciones que sabemos de origen humano. Y ahora, contesten con la mano en el corazón y con toda la honestidad de que sean capaces, si de verdad creen que semejante agujero bajo las vías del tren no vibraría, temblaría y acabaría hundiéndose bajo el paso —y el peso— de miles y miles de trenes llenos de alegres viajeros ignorantes de la incómoda verdad.

Creánme, paso todos los días por allí, lo que me convierte en un experto en la materia. He pensado mucho en ello bajo esa bóveda extraña y maravillosa, disimulando siempre, por si acaso, para parecer tan enfrascado en mi insulsa y cotidiana rutina como el rebaño de esclavos mentales que me rodeaba. Y la respuesta, cuando uno la examina con un mínimo de pensamiento crítico, es muy simple: en el año 2007 la humanidad no disponía de la suficiente tecnología como para acometer semejante vaciado de material de manera que se sostuviera en su sitio sin colapsar. Esto, por si acaso tiene usted dudas, lo he confirmado con un prestigioso y conocidísimo ingeniero de caminos, canales y puertos —que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias—, quien me ha enviado la fotografía que acompaña a estas líneas, que describe mejor que mil palabras lo que la humanidad era capaz de hacer en materia de ingeniería subterránea en el año 2007.

Y aún hay más: ¿se han fijado en la enorme cascada digital que adorna una de las paredes del gigantesco complejo? ¿No les recuerda, si lo pintan de verde, a una película en la que las cosas no eran como parecían? ¿Necesitan más pruebas?

Como sabiamente dijo el padre del más famoso detective del mundo, una vez descartado lo imposible, lo que queda, por improbable que parezca, debe ser la verdad. Y lo que queda es que, si el intercambiador de Chamartín no es de factura humana, ha de ser, por fuerza, de origen extraterrestre. Es más, ¡si hasta la navaja de Ockham grita «extraterrestre»! La explicación más sencilla es probablemente la verdadera, ¿no? Pues piense qué le parece más sencillo, si las ecuaciones diferenciales que dan cuenta de la resistencia de los materiales, las tensiones estructurales, los centros de masas, el nivel freático, los permisos de obras… o los extraterrestres. La explicación de los extraterrestres es, al menos, mucho más corta, dónde va a parar.

Puede que estén ustedes preguntándose por qué los extraterrestres harían algo así, qué ganarían construyéndonos un intercambiador de transportes. Háganse un favor y no se líen con eso: los caminos de nuestros hermanos de las estrellas son tan inescrutables como los del Señor. Sin embargo, como sé que este blog lo leen algunos de esos mal llamados escépticos que vienen aquí a trolear y eso, les ofrezco, no una, sino dos explicaciones alternativas que mi mente ha barruntado. Una de dos, o existe una base OVNI anexa a la estación de Chamartín, habilitando a los extraterrestres para realizar sus oscuras actividades en Madrid, o bien tenemos, a cambio, extraterrestres infiltrados en puestos claves del gobierno de la Comunidad de Madrid o incluso en el ayuntamiento de la capital.

Encuentro esta última explicación más plausible: al viajar tanto los extraterrestres por tierras para ellos extrañas, sería de esperar que confundieran los idiomas, fusionando palabras de dos idiomas en una frase, en plan desliz, en mitad de una intervención oficial en, qué se yo, por ejemplo, la presentación de una candidatura a unos juegos olímpicos. Si algo así ocurriera, ya tendrían ustedes la prueba que demostraría esta Verdaderamente-Inquietante-Verdad.

Como siempre, usted decide.

Yo no digo nada, que ya lo dijo todo ella.