Pareja de galaxias en interacción NGC 6872 e IC 4970. Hasta las galaxias se comunican entre sí.

Si la semana pasada hablábamos de sistemas estelares binarios que interactuaban para formar una nebulosa planetaria espectacular, y la anterior de un agujero negro que interactuaba con una compañera estelar para vomitar un chorro de partículas, hoy también nos hablaremos de interacción entre objetos astronómicos.

Pero en este caso no será de estrellas alejadas entre sí unas meras decenas o cientos o miles de millones de kilómetros, sino algo muchísimo más grande, y muchísimo más lejos. Galaxias.

Pues sí. Las galaxias también interactúan entre sí, si están lo suficientemente cerca unas de otras. Este es el caso de NGC 6872, una galaxia espiral parecida a la nuestra, pero 4 veces más grande, e IC 4970, una galaxia satélite de la anterior, mucho más pequeña e irregular.

En un estudio reciente, Ángel R. López Sánchez —otro amigo, visitante habitual de este blog, y autor del blog de astronomía El Lobo Rayado— y sus colaboradores han descubierto signos claros de esta interacción: en la imagen puede verse cómo uno de los brazos espirales de NGC 6872 está distorsionado, a medida que el gas y el polvo cae hacia su compañera, IC 4970. Por el camino, si se fijan , verán muchos puntos de un azul brillante: se trata de miles de estrellas recién formadas por la condensación del gas provocada por la interacción de ambos gigantes.

¿Y a la larga? Pues no lo veremos, pero en cuestión de unos cuantos cientos de millones de años, ambas galaxias pasarán a fusionarse, formando una sola. Eso sí, seguramente, y por sorprendente que parezca, las estrellas individuales, auténticas islas perdidas en la inmensidad, no chocarán entre sí.

La idea que dio lugar a la imagen surgió, curiosamente, de un grupo de chicas del colegio «Sydney Girls High School». Ángel, el Lobo Rayado, explica la historia —mejor que yo, todo hay que decirlo— aquí y aquí.