Carta abierta a Cristina Cifuentes, o el corro de las patatas

Estimada Delegada del Gobierno de España en Madrid,

Leo con horror que la delegación que usted dirige ha cifrado en 35.000 el número de personas que acudieron a la manifestación de la huelga general del pasado 14 de noviembre en Madrid. Quisiera comentarle algo al respecto que quizá sea de su interés, pero antes de nada, permítame que me presente.

Me llamo Miguel Santander y actualmente soy investigador postdoctoral en el Observatorio Astronómico Nacional en Madrid, ciudad donde resido. Dedico parte de mi escaso tiempo libre a la divulgación y popularización de la ciencia en este blog, donde intento proveer de herramientas sencillas —que cualquiera puede usar—, con objeto de ayudar a crear una sociedad más culta y, sobre todo, más crítica con el mundo que le rodea. Una de estas herramientas es, precisamente, un método para estimar el número de personas en una aglomeración de forma tan sencilla que cualquier estudiante de secundaria podría utilizarlo.

Lo que me lleva directamente de vuelta al comienzo de esta carta. Tengo por norma no tratar aquí temas de política, excepto cuando atañen a la ciencia, a la educación o a los simples números objetivamente comprobables. Y cuando lo hago, lo hago de la manera más neutral, aséptica y desapasionada de que soy capaz.

Verá, no había 35.000 personas en la manifestación del 14 de noviembre en Madrid. Ni de lejos. Dicho recuento es tan evidentemente erróneo, tan alejado de cualquier estimación razonable y, en definitiva, tan bochornoso, que sólo se me ocurren dos razones para explicarlo: o bien se ha rodeado usted de unos asesores que carecen de las habilidades matemáticas de un estudiante de secundaria; o bien dicha cifra es una mentira consciente que responde a objetivos políticos, cosa de la que no se me ocurriría acusarle sin pruebas fehacientes, y que contemplo como mera —y francamente desagradable— posibilidad. Asumiré, por tanto, que lo suyo es un mero problema de anumerismo y le expondré el método junto a una analogía muy clara y una sugerencia que, en el futuro, le ayudará a no repetir tan garrafal error.

(Por si aún le quedaran dudas de mi objetividad en cuanto al asunto que nos ocupa y estuviera considerando dejar de leer esta misiva ante lo que puede creer una bravata, déjeme aclararle algo: no simpatizo en absoluto con la política desarrollada por el actual Gobierno de nuestro país —y antes de que recurra al cansino «y ellos más», le confieso que tampoco simpatizaba con la del Gobierno anterior, especialmente hacia el final de su legislatura. Sin embargo, esto no me impide guiarme por la ética profesional que más de una década de dedicación a la ciencia me ha inculcado y por el rigor de a quien le interesa la búsqueda de la verdad —valor que, por desgracia, encuentro poco frecuente tanto en los medios como en las instituciones. En resumen, puede estar segura de que seré lo más objetivo posible en el recuento de cualquier manifestación, tanto si es a favor de la vida como si es en contra de la muerte. Al fin y al cabo, me va el honor en ello.)

Es muy sencillo estimar el número de manifestantes. Basta con calcular la superficie ocupada gracias a herramientas como el Sistema de identificación de parcelas agrícolas del Ministerio de agricultura, alimentación y medio ambiente, como he hecho yo en las imágenes que adjunto para las diferentes plazas y calles de que constaba el recorrido. Por supuesto, habrá que desechar de nuestros cálculos la superficie correspondiente al mobiliario urbano y en definitiva no ocupable por personas (en este caso, he descontado el 10% de la superficie de las plazas y el 30% de la de las calles). Hay que hacer, también, alguna asunción razonable como que la superficie cubierta por los manifestantes era la mitad de la superficie total del recorrido, como atestigua, por ejemplo, la segunda imagen que acompaña a esta carta, correspondiente al final de la manifestación y cuando la gente ya estaba detenida, cuando es más sencillo contarla —no puedo afinar más con los datos disponibles, ya que las demás fotografías podrían no ser simultáneas y falsear, por tanto, al alza, el resultado final. Mi estimación, en resumen, es que la superficie cubierta por los manifestantes era de 65.000 metros cuadrados.

Lo único que resta hacer es estimar la densidad media de manifestantes por metro cuadrado y multiplicar dicha cifra por la superficie ocupada. El problema es que rara vez la densidad en una aglomeración es homogénea, por lo que estaremos mucho más seguros de acertar con la cifra real si hacemos una estimación de mínimos y otra de máximos —usando densidades representativas de las zonas menos y más pobladas respectivamente. Esto nos dará un margen de confianza en el interior del cual podremos estar razonablemente seguros de tener el número real de manifestantes. Mi estimación, a partir de las imágenes adjuntas y de otras tantas que cualquiera puede encontrar en internet, es de entre 2 y 5 personas por metro cuadrado, lo que nos da una cifra total de entre 130.000 y 325.000 personas —lejos también, por cierto, de la cifra de un millón mantenida por los convocantes, a quienes tampoco les vendría mal aplicarse este cuento.

A estas alturas de la carta probablemente se esté preguntando a qué venía el «corro de las patatas» del título. Bien, su cifra de 35.000 personas —cuatro veces menor de mi estimación de mínimos— dividida por la superficie ocupada nos da una densidad aproximada de media persona por metro cuadrado. Esto corresponde a cada persona separada de las adyacentes por toda la longitud de sus brazos extendidos, de manera que sólo las manos se toquen. Como en el juego infantil del corro de las patatas, vaya.

Estará conmigo en que ofrecer semejante imagen, a la vista de las fotografías que circulan libremente por internet, supone un claro insulto a la inteligencia de los ciudadanos. Yo en su lugar consideraría seriamente el cese del responsable de esta cifra, o haría las cuentas yo mismo en el futuro.

Ahora que comprende la magnitud de su error, permítame sugerirle un método de actuación que podría serle útil en un s. XXI en el que la realidad se filtra sin censura ni control, llegando en un abrir y cerrar de ojos a las pantallas de millones de ordenadores. Un método que, por supuesto, le permitirá perseguir sus objetivos políticos sin faltar de manera flagrante a la verdad: hagan, en adelante, estimaciones más rigurosas y objetivas o contraten agencias u organismos independientes y de probada neutralidad —más de uno, a ser posible— que las hagan. Ya ve que el margen de confianza de mi recuento es lo suficientemente amplio como para acomodarse usted en el límite inferior sin que sus objetivos se resientan más de lo que lo ha hecho su credibilidad con su lamentable recuento; los convocantes, por su parte, se acogerían al límite superior, y los ciudadanos tendríamos la sensación de que nos gobiernan y nos convocan personas civilizadas y razonables.

Puedo, por supuesto, equivocarme un poco en el resultado final —el camino de la ciencia consiste, después de todo, en dar pequeños pasos cada vez menos equivocados hacia una verdad ideal e inalcanzable. No tengo miedo a hacerlo, porque no tengo miedo a rectificar. Espero sinceramente que a usted le ocurra lo mismo; de lo contrario, habrá quedado como una analfabeta matemática —o como una mentirosa, según gustos— ante millones de personas para los que trabaja y que son, no lo olvide, quienes le pagan el sueldo.

Atentamente,

Miguel Santander

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Tras el Horizonte de Sucesos
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30 respuestas a Carta abierta a Cristina Cifuentes, o el corro de las patatas

  1. ion urarte dijo:

    Que Grande Miguel, como siempre. Con tu permiso, lo «linkeare» en Facebook. Muchas gracias por este trabajo, de interes general

  2. CHEMA dijo:

    Buenas tardes Miguel. Suelo pasear por tu parcela descubriendo todo aquello que vas sembrando, pero no tengo costumbre de regar las plantas cuando paso. Pensandolo mejor, creo que todo aquel que pase deberia aportar su vasito de agua.
    Asesor por definición podria ser cualquiera, ya que es quien asesora o da consejo…pero dando por supuesto que son valoraciones objetivables y de dominio público, se consideraria que ha de ser persona ilustrada, formada y con opinión (basada en argumento fundados), no con creencia «carente de fundamento».
    Queda claro que para la clase politica asesor es sinónimo de familiar, afiliado o ente sin escrupulos.
    Debemos luchar por la sociedad que queremos tener…
    Hace falta gente como tu, personas sin miedo en la busqueda de la objetividad.
    Un abrazo.

    • Hola Chema. Agradezco mucho tus palabras 🙂 Es una pena que la búsqueda de la objetividad esté tan en desuso, sí. Creo que otro gallo nos cantaría…

      • Ray dijo:

        Miguel, siento ser aguafiestas, pero eso de «objetividad» es tan relativo como su opuesta la «subjetividad»: me gusta el rigor conque analizas hechos como estos, pero arrogarse el título de «objetivo» a lo que es un método, una construcción ideal me parece también peligroso. Simple acotación de quien se dedica a estas tonterías. Por lo demás, go on… tenemos que hablar, además… un abrazo

  3. Alvaro dijo:

    Estupendo trabajo, como suele leerse en este blog. ¡Gracias, Miguel!

  4. Cristina dijo:

    Anonadada me has dejado. No puedo más que quitarme el sombrero.

  5. Bravo! – No hay más que añadir-.

  6. ¡Chapeau! Todo el mundo con dos dedos de frente sabe que la cifra de 35.000 es lo que es… pero esta entrada es un ejercicio de lógica y cálculo aplastante para ponerle la cara roja a más de uno

  7. Diego Arboleya dijo:

    Y todavía habrán gente que se pensará que hoy en día en España no se manipula la información…
    ¡Gracias Miguel!
    Un saludo

  8. Javier Silveira dijo:

    Como siempre lucha según intereses del número de personas…cosa que pasa según que canal, según que periodico,según que emisora, según el interés…
    La gallinita ciega también podría ser jejej
    Un abrazo!

  9. ununcuadio dijo:

    Mi enhorabuena!!!
    ¿Cómo se hace una carta abierta? Me gustaría escribir sobre las recetas para pensionistas (que están volviendo locos a los ancianos)…

  10. ¡Muchas gracias a todos, es un aliciente para seguir así :)!

  11. Jaime Buelta dijo:

    Muchas gracias por el artículo. Está claro que se puede comentar / criticar el resultado final, pero al menos sabemos cual es la metodología… Cosa que no pasa en las cifras «oficiales».

    Mi pregunta siempre en estos casos, ¿cómo es posible que este tipo de cálculos no sean corrientes? Estamos hartos de escuchar gente en los medios diciendo cómo las cifras son tan dispares que son increibles (entre 35 mil y 1 millón), pero no parece haber nadie independiente que haga un mínimo cálculo de este estilo para contrastar. Hemos llegado a un punto que ya no creo que sea interés de los medios por no hacer sus propios cálculos…

    Me preocupa mucho el anumerismo general y que no se sea capaz de hacer cálculos sencillos para intentar extraer datos objetivos con los que tomar decisiones… :-/

  12. yosoyt ... dijo:

    Insistiendo en el ultimo punto del comentario de Jaime Buelta, el anumerismo es realmente preocupante. Pero no estoy tan seguro de que el problema en estos casos es que no se sea capaz de hacer estos calculos. Dado lo elemental del proceso, el asunto esta casi al alcance del proverbial niño de cinco años de Groucho Marx. Y entonces lo que es realmente preocupante es que tanto los (?)responsables (?) políticos como los convocantes puedan dar semejantes cifras que difieren en un factor 30, impunemente, sin sonrojarse, y además yendo de sobrados. Cualquiera que lea la respuesta que te ha dado la señora Cifuentes en twitter puede comprobar esto último por sí mismo. Lo que es realmente desanimante es que la población acepte resignada estar en manos de cínicos de tal calibre, y que una tal muestra de evidente falsedad no se les exijan responsabilidades o se les tolere escabullirse con una técnica digna de Homer Simpson.
    Y por cierto, si las estimaciones de 35.000 son las de la policía, que según tengo entendido suelen ser fiables, hay algo que [modo irony on] no se entiende bien [modo irony off] —es decir, se entiende en su totalidad—: la tremenda discrepancia entre las estimaciones del número de personas en los dos casos que has analizado en las dos últimas entradas de tu blog. En el asunto del Madrid Arena las estimaciones de la policía coincidían en orden de magnitud con las tuyas. En la manifestación del 14N, la estimación que de creer a la sra Cifuentes da la policía es como la sexta parte de tu estimación de mínimos (o la décima de la de máximos). No es creíble que la policía acierte en un caso y se equivoque en un factor entre 6 y 10 en el otro. De manera que quizas se trate de un error `sistemático’: la viejisima dualidad `bug’ versus `feature’.

    • Jaime Buelta dijo:

      El problema que yo le veo no es que la policía dé unos datos y los organizadores otros. Lo más grave es que, en todos lados, la gente se queje porque «es imposible ser tan dispar» pero haya muy muy pocos análisis independientes. Tanto por parte de medios de comunicación (que, al menos públicamente, claman por la disparidad de datos y se preguntan ¿es que no se puede saber cuantos eran?, pero no hacen el análisis independiente) como por parte de nosotros mismos, que discutimos y discutimos sobre si es posible que haya 1 millón de personas en Sol, pero no echamos cuentas.

      Como bien dices, es un cálculo que no es complicado, pero que no se hace. Y ya digo que deberíamos (como sociedad) ser capaces de, al menos, saber el orden de magnitud y ponernos de acuerdo. De esa forma podremos exigir que se den buenos datos, porque sabremos «pillar» los malos. Pero si seguimos con este anumerismo rapante, que no sabemos casi ni lo que es una media en estadística, el hacer en análisis de los datos ya nos queda muy lejos…

  13. Alberto dijo:

    Querido Miguel, agradezco mucho tu observación sobre el número de manifestantes, ya que en gran medida supone un mayor acercamiento a la verdad. Al igual que tu no comparto las políticas que nos toca vivir, ni estas, ni las anteriores y busco objetividad, por ello te vuelvo a agradecer el esfuerzo y me gustaría añadir que muchos manifestantes como yo mismo nos fuimos de la protesta antes de que ésta acabara, otro dato que no se puede calibrar, pero que no deja de ser cierto y aumentaría el número.

  14. CHEMA dijo:

    Refiriendome a la objetivifdad, solo comentar que no se hace mención a ella en termino literal absoluto sino, mas bien, en una consecución efimera refutable basada en datos. En definitiva…que estamos hablando de numeros, no de sentimientos …no se si me he explicado bien. Un abrazo

  15. francisco javier dijo:

    Este blog es como un oasis. En una sociedad que aguanta 40 años de sometimiento más de 30 de transición incompleta o mejor dicho casi empezada, que aguanta injusticias, crímenes, mentiras, vota a culpables sentenciados… puede decirse que había 35000 ó 35 y si no matan al que diga lo contrario ya podemos estar contentos. ¡Viva la democracia, el estado de derecho, el reino de España, que el RealMadrid salga bajo palio con Rouco Varela y echemos a los catalanes igual que a los judios y los moros (a los gitanos no que son mu artistas)!

  16. francisco javier dijo:

    perdón no quería olvidar que también habría que quemar en la hoguera de la inquisición a los que se divorcien, aborten, los del 15M-indignados…

  17. Pingback: 7 cosas que la Ciencia podría enseñar a los políticos | actualidad | La Aldea Irreductible

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