Avistamiento irrefutable de sus majestades los Reyes Magos de Oriente. Por algún motivo la foto está desenfocada, pero vamos, que está claro, ¿no?

(Antes de nada, aprovecho: Feliz año a todos!)

Si se ha sorprendido al leer el título de esta entrada, se debe simplemente a que una de las mayores conspiraciones de los últimos tiempos ya ha hecho mella en usted. Eso es: le han hecho creer, en contra de toda lógica, que los Reyes Magos no existen.

¿Pero, por qué motivo? ¿Quién está detrás de todo esto? Y sobre todo, ¿qué pruebas hay de la existencia de los Reyes Magos? Como siempre, y en exclusiva en este blog, daremos respuesta a estas y otras preguntas, en un ejercicio de investigación inventigación sin precedentes.

¿Y por qué no habrían de existir?

Siempre se nos ha dicho que los Reyes son los padres, que, presionados por la sociedad, se han visto siempre obligados a agasajar de presentes a sus familias, convirtiendo las vacaciones de Navidad en una espiral de agobios, consumo y excesos. De hecho, si alguna vez le ha preguntado a uno de esos científicos de la ciencia oficial, seguramente haya menospreciado su pregunta con un ademán, y le haya contestado con el siguiente argumento: Sólo en España hay 40 millones de personas, distribuidas en, pongamos, 10 millones de hogares. La noche del 5 al 6 de enero dura unas 14 horas. Incluso asumiendo que los camellos vuelen, los Reyes tendrían que visitar unos 2000 hogares por minuto, y eso es claramente imposible, por muchos pajes, emisarios y ayudantes de que dispongan.

Pues bien, esos científicos oficialistas (que no son más que esbirros paniaguados de la gran conspiración) ignoran una de las revoluciones fundamental de la Física del siglo XX: la Teoría de la Relatividad. Así es, los Reyes no tienen tiempo de poner todos los regalos, a no ser que viajen a una velocidad cercana (igual no, pues eso sí que es imposible) a la de la luz. De ese modo, el tiempo para ellos transcurre mucho más despacio, a (casi) nadie les da tiempo a verlos, y tras muchas jornadas (en su tiempo propio), los Reyes Magos terminan de poner el último paquete junto a los zapatos del último niño de la última casa del país entero.

Después de semejante tarea, no es de extrañar que se tomen unas vacaciones de un año.

CVNI (Camello Volante No Identificado) abatido una noche de Reyes. Otra prueba incontestable.

Pruebas de la existencia

Nada de lo que he dicho tendría el menor sentido si no muestro pruebas. Así que aquí van. Para empezar tengo el testimonio de infinidad de niños, que reportaron haber visto a sus majestades los Reyes Magos de Oriente, en sus casas o incluso en la calle, en la tradicional cabalgata. Naturalmente, no puedo revelar sus nombres debido a la ley de protección de menores, ni mucho verificar su credibilidad, que es sin lugar a dudas de lo más fidedigna, ya se sabe que los niños nunca mienten.

Lo que sí puedo hacer, sin embargo, es mostrar varias instantáneas en las que claramente se ve a los reyes o a sus camellos, y que han sido tomadas por reputadísimos y prestigiosísimos inventigadores de lo oculto. ¡Créanme cuando les digo que las fotos que acompañan a esta entrada son absolutamente reales! (se lo digo yo).

La conspiración

Los Reyes Magos, sorprendidos en una redada del ejército del aire, tras la cuál los dejaron marchar. No, no es de la última temporada de Expediente X, pero podría.

Vale, dirán ahora, los Reyes Magos existen. Pero… ¿por qué mantenerlo oculto? ¡No tiene sentido!

Pues sí, sí que lo tiene.

¿Es que nadie se ha fijado en que los Reyes Magos con sus camellos son una tradición eminentemente española, mientras que España es el único país del Mundo (que un servidor sepa) en el que se llama «camellos» a los traficantes de droga al por menor? ¿Casualidad? ¡Ni de lejos!

Sí, amigos. Y los camellos no son el único elemento en común con la oscura mafia del narcotráfico. ¿O es que creían que son habas y regalos lo que se escondía originalmente en el Roscón de Reyes? Por no hablar, claro, del origen bíblico de la historia: Los Reyes Magos regalaron a Jesús oro, incienso, y mirra. ¿Mirra? ¿Usted sabe que es la Mirra? La Mirra no es bálsamo, ni un ungüento, ni siquiera un bicho. Mirra es una evolución malintencionada del término original, en argot, que el decoro me impide reproducir (baste como pistas que habría que añadirle una e y una d, y quitarle una r)  que hace referencia a la droga en sí. Como regalo, sí. Pues de todos es sabido «que la primera es gratis».

Un camello ejerciendo como tal. Nótese que, en contra de la creencia popular, los camellos vuelan. ¡Probado!

O sea, señores, que los Reyes Magos son como el GAL del narcotráfico: un grupo narcotraficante amparado por el Gobierno de Rodríguez Zapatero, y antes de este por el de Aznar, e incluso por el de Franco, ya que nos ponemos. Al fin y al cabo, corren tiempos de crisis, hay que sacar dinero de donde se pueda y compitiendo contra quien sea, y la iniciación en las drogas de nuestros pequeños puede suponer un ingreso extra más que apetecible en las Arcas del Estado.

Así que, ahora que sabe la Verdad con mayúsculas, recuerde examinar bien los regalos de sus hijos mañana por la mañana… quizás tenga suerte.

(P.D.: He estado dudando de si publicar esta historia hoy, 5 de enero, o el pasado 28 de diciembre (por si a alguien no le ha quedado claro, es una parodia). Como no es exactamente una inocentada, sino un «elogio» del método «científico» de tantos inventigadores investigadores de lo oculto y charlatanes. Sustituya usted camello por OVNI, Reyes Magos por extraterrestres y drogas por experimentos científicos, y  ya lo tiene. Así que a ellos se lo dedico, si es que algún día lo ven…)

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