Hace un par de días les hablaba del vergonzoso posgrado plagado de pseudociencia que la Universidad de Girona iba a impartir. Digo iba, porque, según cuentan en El País y en El Mundo, la institución ha decidido bloquear el posgrado ante la polémica generada y la indignación ciudadana. De momento, la matrícula figura como cerrada en su página web.

¿Colorín colorado, este cuento se ha acabado?

Ni mucho menos. Vaya por delante que mi intención no es desprestigiar a una institución universitaria, pero en cuanto lean lo siguiente estarán conmigo en que la Universidad de Girona parece pedirlo a gritos: en una maniobra de subterfugio digna de algún que otro político, la Universidad ha maquillado de tapadillo el temario del posgrado para hacerlo sonar más «científico», manteniendo, esencialmente, el contenido.

Por ejemplo, la asignatura «Geometría Sagrada» se ha desdoblado en «Geometría» y «Geometría. Ritmo y frecuencia de las proporciones», impartida por los mismos profesores. Y el «Análisis de la percepción. Visión aural» ahora se llama «Análisis de la percepción humana», dado por el mismo profesor. Ah, y el doctorado del coordinador del curso, Gabriel Barbeta, ha desaparecido también como por arte de magia.

¿Sorprendido? Pues hay mucho más: les recomiendo hacer el juego de las diferencias que propone Fernando Frías en El fondo del asunto.

Miente, que algo queda

Pero lo peor no es eso. Lo peor es que la Universidad de Girona ha negado reiteradamente a los periódicos haber cambiado el temario del curso. Es decir, que acusa de mentir al responsable de la llamada al boicot del curso, Alberto Fernández Sierrra. Afortunadamente, Alberto guardó todas las imágenes de los temarios antes y después del maquillaje (y una tercera versión, maquillada y con el cartel de cerrado colgado), que cualquier puede consultar tanto en su blog, Cerebros no lavados, como en este enlace de Megaupload.

No sé a ustedes. A mí me da vergüenza ajena.